El jiu-jitsu brasileño

Es un arte marcial, deporte de combate y sistema de defensa personal, enfocado principalmente en la lucha cuerpo a cuerpo y en el suelo. Sus técnicas incluyen: lanzamientos, derribos, luxaciones articulares, estrangulaciones, y sumisiones. El judo (que se deriva del jiu-jitsu) es el deporte olímpico más semejante a esta arte marcial.
La filosofía del jiu-jitsu brasileño, conocido como el arte suave o de la adaptabilidad, puede ser resumida en las palabras del maestro Hélio Gracie: "Dios creó a unos hombres fuertes y a otros menos, el jiu-jitsu iguala o minimiza esa disparidad de diferencia de fuerza y/o altura una vez que un oponente de menor envergadura o peso decide proyectar a su adversario llevándolo al suelo para desde ahí adaptarse y usar alguna técnica de jiu-jitsu".

Comienzos

El Jiu-jutsu / jujutsu clásico se desarrolló en el Japón feudal, en el que eran comunes las batallas de ejércitos de diferentes clanes formados por los famosos guerreros con armadura o Samurai. En dichas batallas las principales armas utilizadas eran el arco (yumi) a grandes distancias; lanzas (yari), alabardas (Naginata), garrotes / bastones reforzados con placas y púas de hierro (kanabo) y sables (katana) en la distancia larga; y cuerdas (Hojōjutsu) o cadenas (kusarigama), puñales (Wakizashi) y/o cuchillos (Tanto) en la distancias media y corta. Como es natural en los enfrentamientos armados, llegaba el momento en que los Samurái se encontraban cuerpo a cuerpo con su oponente, o debían capturarlo, e incluso situaciones en las que perdían su arma y debían defenderse de oponentes aún armados. Del combate cuerpo a cuerpo, nació el Ju-jutsu, ya que los Samurái portaban armaduras de placas de metal, madera y cuero reforzado en el campo de batalla; las técnicas de golpes o patadas resultaban poco efectivas. Por esta razón, proliferaron las técnicas de lanzamientos, luxaciones y derribos para llevar al oponente al suelo, causándole daño con la caída o continuando con la aplicación de técnicas con y sin armas para eliminarlo en el menor tiempo posible. Dentro de estas técnicas podemos citar luxaciones, sumisiones y estrangulaciones, además del uso de armas de corta distancia como la daga japonesa Wakizashi o el cuchillo (o Tanto), usadas para apuñalar por entre las uniones de las armaduras.
Posteriormente, con el inicio de la era Meiji y la modernización de Japón al inicio del siglo 20, se prohibió el porte de armas tradicionales en público, y las diferentes escuelas tradicionales o "Ryu" que enseñaban el Ju-Jutsu sufrieron una etapa de decaimiento. En 1882, un joven profesor de educación física y traductor/intérprete versado en idiomas internacionales y deportes occidentales, Jigoro Kano, después de haber estudiado dos tipos de Ju-Jutsu clásico (la escuela Kito Ryu, y la escuela Tenshin Shin´yo Ryu), fundó un nuevo arte marcial. El Judo, y la academia Kodokan que continúa activa hoy día. Gracias a su popularidad en el Japón, el Judo desplazó al Ju-Jutsu y es aún ampliamente enseñado en escuelas y colegios, así como también es practicado por las fuerzas policiales niponas. Asimismo, otras escuelas de Ju-jutsu, Sojutsu (lanza) y kenjutsu (sable) tradicionales, como la Daito Ryu Aikijujutsu, la Hozoin Ryu, la Yagyu Ryu y otras, fueron reformadas por el maestro Morihei Ueshiba (quien también practico Judo), durante los años 20 y 30 en el arte marcial tradicional japonés conocido hoy en día como Aikido.
A partir del final del siglo XIX, algunos maestros de Judo y jiu jitsu migraron del Japón hacia otros continentes, viviendo de la enseñanza del arte marcial y de las luchas promocionales que realizaban. Uno de estos practicantes fue Mitsuyo Maeda, conocido en el mundo del espectáculo de aquel entonces como: el Conde Koma. Maeda fue uno de los grandes judokas del Kodokan en esa época y uno de los maestros que recorrieron el mundo, en busca de fama y fortuna. Maeda salió de Japón en 1904 y visitó varios países dando clases de Judo y aceptando retos de distintos luchadores de boxeo, savate, lucha libre, peleadores, y de varios artistas marciales antes de finalmente llegar a Brasil el 14 de noviembre de 1914 a Belem do Pará, lugar donde hoy existe la Academia Conde Coma. Allí se hospedó en la casa del aristócrata brasilero llamado Gastão Gracie.